El Bebe Sendic fue un hombre insólito, de azarosa trayectoria y final trágico y heroico.
Su gesta significó un punto de inflexión para el norte pobre del Uruguay de la segunda mitad del siglo xx. Se constituyó en el procurador que dedicó su erudición, inteligencia y perspicacia a defender hasta las últimas consecuencias a los trabajadores rurales, explotados por empresarios y terratenientes que violaban sin escrúpulos cualquier rudimento de derecho laboral, dando a sus peones y jornaleros un trato torpe y brutal.