Tras analizar el «aplanamiento» del mundo o «la muerte de las distancias» en su exitoso bestseller La Tierra es plana, Friedman explica aquí, con su estilo claro y directo, otros dos fenómenos que podrían convertir el mundo en un lugar peligrosamente inestable: el calentamiento global y el crecimiento demográfico. Asegura que la forma en que nos enfrentemos a estas tendencias determinará la calidad de vida de nuestro planeta en el siglo XXI. El autor propone romper con el pasado y llevar a cabo una verdadera revolución. Una revolución «verde» basada en la innovación y en una serie de medidas gubernamentales para promover un desarrollo económico y social responsable, que tendrá que liderar Estados Unidos —en gran parte responsable de la situación actual— por el bien de sus ciudadanos, su economía y su seguridad; y por el bien del mundo.
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