Para Ricky Dávila, el objetivo final deseable de toda imagen es la poesía. Esta es su meta y ése es su camino evolutivo: desde la foto distanciada de sus primeros trabajos, que culmina con la serie Playas españolas en 1995, hasta el compromiso con una búsqueda de personalidad fotográfica más cercana a su mundo íntimo, pero siempre dentro de la representación de lo real, que evidencia en sus trabajos posteriores.