La idea del retorno después de tantos meses en el Ayuí alegra a todos. Pero las dificultades no faltan, empezando por los conflictos de Artigas con Sarratea. De nuevo atraviesan la campaña oriental, esta vez sin portugueses pero desolada, de nuevo cruzan los grandes ríos. Marchan varios meses a mercede del sol, del frío, de la lluvia. Y por fin llegan a Montevideo. Los mantiene la esperanza de ver su provincia libre y la adhesión de Artigas. En la marcha, los niños siempre sorprenden a los mayores: con los animales que crían a escondidas, con las actividades de pesca, con las aventuras en piragua, con las reuniones en sus casitas de cañas que tanto disfrutan. Isabel Amorín nos brinda un relato respetuoso de la historia y con mucho encanto.