Esta obra se enmarca en la rivalidad entre España y Portugal por su predominio en america del sur, también en el creciente enfrentamiento entre el absolutismo de ambas coronas con los jesuitas de reconocida lealtad a la iglesia y al pontificado, que culminará con su expulsión y la supresión de la Compañía de Jesus. Duro golpe para el modelo de evangelización impuesto en américa por los hijos de San Ignacio y duro golpe también para los intereses hispanos que sin el trabajo de estos misioneros sufrieron en poco tiempo los avances lusitanos sobre sus dominios.