¿Existió Carlota Ferreira? ¿O es una leyenda tejida a partir de un retrato? ¿Quién fué efectivamente esa matrona de gesto altivo y mirada desafiante que Juan Manuel Blanes Inmortalizó? ¿Podía una mujer en el último tercio del siglo XIX jactarse de sus amoríos y aventuras? ¿Es cierto que la dueña de esa figura corpulenta fue amante del pintor y esposa de su hijo menor? ¿Qué pasiones pueden llevar a un joven a matar a su hermano por una dama quince años mayor que él?
Carlota Ferreira. Retrato de una mujer que se inventó es una investigación periodística de Diego Fischer que derriba varias leyendas y mitos. Es el descubrimiento de un mundo misterioso, por momentos sórdido y cruel, cuyos protagonistas parecen haberse puesto de acuerdo en sembrar acertijos y cubrir los hechos con una patina amable para que la historia los recogiera con una mirada ingenua.
Aquí está la historia de una mujer, cuya existencia, real o ficticia, el lector deberá descubrir. Es también el retrato que Juan Manuel Blanes jamás pinto: el de un país que buscaba su identidad y una sociedad hipócrita que castigaba a sus mejores talentos.